Algún girasol
para nutrirme hoy,
putrefactísima yo
y los que me siguen,
putrefactísimo el reflejo del dolor
El alma esperará desnuda
a que los soles envidien
el cuerpo, la carne,
la calma,
el ansia carcomida desde adentro.
Y aquel fuego estupendo,
de color y porte,
enfermo de esencia
lo quema todo.
Me limpia, limpia la carne
y el reflejo
Canta ahora la razón
con su flugurante astucia
llorando la incomodidad
que retuerce cada músculo,
lleva a cuestas su melodía
el viento.
Putrefactísima yo
y los que me siguen.
Putrefactísima la oda
a nuestro placer
a nuestra cumbre de dolor
Ahora
un sol.
Gira el girasol.
Pomposo
Puro.
No hay comentarios:
Publicar un comentario